Descripción
«Se sabe: se escribe con el cuerpo. Lo que no es tan claro es el modo en que la combinación sinestésica llega a la mano y la lengua. Se trata de la experiencia de lo real corpóreo que se transfiere a la mano para que grafique sobre el papel o teclee la computadora. Esa experiencia de escribir altera y transforma el contenido. Lengua y mano, órganos de contacto con el mundo, para saborearlo y apresarlo.
Las voces de los narradores de «Recuerdos inventados» son personajes en un límite o frontera. Narran, rompen, corrompen, juegan, piden, leen, cogen, sodomizan, gozan, mueren se vengan. En las fronteras hay agujeros, por donde se espía al otro lado. Del otro lado hay chamuyo, simulacro, hacerse pasar por algo que no se es.
¿Para qué escribir? Para sanarse de las violencias del mundo, pero sobre todo, para resolver la
infancia, decía alguien.”
(Del prólogo de Horacio Banega)